Un artículo de La Vanguardia alerta sobre que una de cada cinco personas hospitalizadas por la Covid-19 sufren daños en el corazón, según un estudio de 416 pacientes tratados en Wuhan. No todas ellas tenían enfermedades cardíacas previas. Algunas sufrirán secuelas a largo plazo.
Los daños sobre el corazón, confirmados en las últimas semanas en hospitales de todo el mundo y analizados en más de doscientos artículos científicos publicados en revistas médicas y en el servidor medRxiv , ilustran la rapidez con que está avanzando la comprensión de la Covid-19.
Si en las primeras semanas de la epidemia se descubrió que tener una enfermedad cardiovascular agrava el riesgo de sufrir complicaciones graves, ahora se sabe que las complicaciones de la Covid-19 también son causa –no sólo consecuencia– de daños cardíacos.
“La infección [por el coronavirus SARS-CoV-2] se ha asociado a múltiples complicaciones cardiovasculares directas e indirectas, incluidas el daño agudo de miocardio, la miocarditis, arritmias y tromboembolismo venoso”, advierten cardiólogos de once instituciones científicas de EE.UU. e Italia.
Tal como destaca el artículo, “Los mecanismos por los que la enfermedad daña el corazón aún no se conocen con precisión”. Por tanto, el disponer de un desfibrilador y personal formado en su uso, nos permite afrontar cualquier daño en el corazón provocado por el COVID-19, teniendo en cuenta que algunos de los pacientes no tenían ninguna enfermedad cardíaca previa.
Ahora que el confinamiento empieza a ser más laxo y se dará una vuelta al trabajo de manera gradual, aquellos centros de trabajo con un desfibrilador están mejor preparados para hacer frente a la acción del COVID-19.
Fuente: La Vanguardia