Mucho se habla del esfuerzo que deberán hacer los diferentes centros para certificar que han llevado a cabo protocolos de limpieza para estar libres de Covid-19. También de los protocolos de reincorporación a los puestos de trabajo y apertura de los establecimientos al público . Sin embargo, desde Cordis Integralis sabemos que estos protocolos se llevarán a cabo con la eficacia de siempre.
Nosotros partimos de la base que los centros van a realizar correctamente esta desinfección de todas sus zonas y aplicar los protocolos correctamente. Pero hay que hacer énfasis en que hay centros que sí pueden ofrecer garantías a sus trabajadores y clientes de poder solventar problemas sanitarios que, anterior a la pandemia, tenían una probabilidad distinta de suceder, hablamos de las paradas cardiorespiratorias. Es por ello que los centros que disponen de desfibrilador serán una garantía y un seguro de protección para sus trabajadores y clientes ante las secuelas de la cardiacas post-pandemia del Covid-19.
Existen una serie de medidas higiénicas que actúan para prevenir la transmisión, como son el uso de guantes, mascarillas, gel hidroalcohol, pero existen otros elementos que sirven para actuar en caso de algún problema provocado a partir del Covid-19: los desfibriladores.
Para ello, debemos comprender que el Covid-19 no solo afecta a los pulmones a través de la inflamación de tejidos (pudiendo provocar por ejemplo una neumonía), si no que también afecta a otros órganos, entre ellos, y de forma muy destacada, el corazón.
Los daños sobre el corazón, confirmados en las últimas semanas en hospitales de todo el mundo y analizados en más de doscientos artículos científicos publicados en revistas médicas y en el servidor medRxiv , ilustran la rapidez con que está avanzando la comprensión de la Covid-19.
Si en las primeras semanas de la epidemia se descubrió que tener una enfermedad cardiovascular agrava el riesgo de sufrir complicaciones graves, ahora se sabe que las complicaciones de la Covid-19 también son causa –no sólo consecuencia– de daños cardíacos.
El 13 de marzo, la Sociedad Española de Cardiología publicaba en su web detallaba que para pacientes con Covid-19 “si un paciente presenta una enfermedad previa como, por ejemplo, insuficiencia cardiaca, el corazón empeorará su funcionamiento”. En el mismo artículo decía que además de sobrecargar el corazón, también se sabe que la COVID-19 puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardiaco. (1)
Un artículo de La Vanguardia alerta sobre que una de cada cinco personas hospitalizadas por la Covid-19 sufren daños en el corazón, según un estudio de 416 pacientes tratados en Wuhan. No todas ellas tenían enfermedades cardíacas previas. Algunas sufrirán secuelas a largo plazo. (2)
El 17 de abril, en la web de Baptist Health South Florida publicaba que Además de sobrecargar el corazón, también se sabe que la COVID-19 puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardiaco. Lo más destacable de estudios realizados en EE.UU., Italia y China es que el COVID-19 puede infectar el músculo cardíaco, provocando insuficiencia cardíaca y muerte, incluso entre aquellos que no mostraron signos de dificultad respiratoria. (3)
La Eurpean Society of Cardiology publica el 23 de abril los siguientes apuntes (4):
- Según los efectos inflamatorios del virus, existen riesgos teóricos de que la infección viral pueda causar la ruptura de las placas ateroscleróticas (depósitos grasos) en las arterias coronarias, lo que lleva a síndromes coronarios agudos (ataque cardíaco). Las personas que experimentan molestias graves en el pecho durante los síntomas del coronavirus deben llamar al equipo de asesoramiento de atención médica de inmediato.
- Las condiciones inflamatorias sistémicas severas pueden agravar las arritmias o incluso desencadenar la fibrilación auricular en algunas personas.
- La inflamación aguda causada por la infección por el virus puede empeorar la función cardíaca y renal.
Sanidad avisa que las principales secuelas que deja el coronavirus Covid-19 afectan fundamentalmente al aparato respiratorio, pero hay otras que afectan a muchos órganos del paciente, siendo las principales el corazón, el sistema digestivo o urinario. (5)
Milagros Sancho, del servicio de Medicina Intensiva del mismo Hospital Gregorio Marañón, afirmaba en el periódico El Español que el virus tiene afectaciones cardíacas, neurológicas e incluso renales, como secuelas. (6)
The Royal Australian College of General Practitioners publica el 24 de abril un artículo que también enfatiza en las secuelas en el corazón: El nuevo coronavirus puede causar daños duraderos al corazón, así como también poner a las personas con afecciones cardíacas existentes en mayor riesgo de muerte. Hay evidencia emergente de que la enfermedad puede causar problemas cardíacos crónicos, según el cardiólogo intervencionista Dion Stub, profesor asociado de la Universidad de Monash. (7)
En otro artículo Scientific American afirma que “pacientes sin enfermedad cardíaca previa también mostraron signos de daño cardíaco. De hecho, los pacientes sin afecciones cardíacas preexistentes que sufrieron daño cardíaco durante su infección tenían más probabilidades de morir que los pacientes con enfermedad cardíaca previa pero sin daño cardíaco inducido por COVID-19.” (8)
Por tanto, observamos con preocupación como el Covid-19 incide en el corazón tanto en la fase aguda de la enfermedad como una vez el paciente ha sido dado de alta, pero dejando secuelas que pueden provocar consecuencias cardíacas a medio y largo plazo.
Debe recordarse que la propia Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales ya establece la necesidad de tomar las medidas necesarias ante riesgos a la salud, así como formar e informar a los trabajadores. Es este punto en el que los centros que tengan ya un desfibrilador, ya ofrecen esta garantía de adoptar medidas ante riesgos a la salud, ya que las secuelas en el corazón del Covid-19 pueden hacer acto de presencia a medio y largo plazo.
Por tanto, los centros de trabajo, establecimientos de ocio y espectáculos, colegios, gimnasios, hoteles, restaurantes, etc, deben tener en cuenta dos cotextos:
- Si no ha sido contagiado el trabajador y usuario: aplicar las medidas higiénicas.
- Para el resto de la población contagiada, que engloba tanto a las personas diagnosticadas como, el gran número de personas, que no lo han sido de forma oficial: medidas que garanticen su seguridad.
Es en este segundo aspecto donde el desfibrilador es una pieza fundamental pues si una de las secuelas es la afectación cardíaca, que mejor que estar en un centro me ofrezca la seguridad de poder actuar ante una parada cardiorespiratoria de manera eficaz.
Recordemos que la semana pasada publicamos el artículo en que se confirmaba que una de cada cinco personas hospitalizadas por el Covid-19 presentaba daños en el corazón.
Un desfibrilador es una de las soluciones más eficaces contra las futuras problemáticas cardíacas que provoque el Covid-19. Tal como ya indica en la introducción del Real Decreto 365/2009, de 20 de marzo, por el que se establecen las condiciones y requisitos mínimos de seguridad y calidad en la utilización de desfibriladores automáticos y semiautomáticos externos fuera del ámbito sanitario, “dentro del Plan de Calidad, la Estrategia de Cardiopatía Isquémica, aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 28 de junio de 2006, contempla la desfibrilación temprana como un elemento fundamental en el aspecto asistencial, en la línea de lo expresado por un gran número de organismos médicos internacionales”.
Pero no solo por las consecuencias directas del Covid-19. Existen otros factores de riesgo indirectos que hay que tener en cuenta: mayor sedentarismo, dietas desequilibradas,…
Es por ello, que tener un desfibrilador en los centros pasara a formar parte del equipo sanitario necesario para actuar sobre la salud del trabajador y usuarios del centro (así como lo es el botiquín).
Recordemos que la legislación en España para determinar que centros están obligados a tener desfibrilador depende de cada comunidad autónoma.
Conclusión de la afección post pandémica del covid19:
Los centros y establecimientos que dispongan ya de un desfibrilador van un paso por delante de los demás para poder asegurar a sus trabajadores y clientes que pueden darles una buena cobertura a las secuelas derivadas del Covid-19 en el corazón.
Fuentes:
- https://secardiologia.es/comunicacion/notas-de-prensa/notas-de-prensa-sec/11447-asi-afecta-el-covid-19-a-pacientes-con-enfermedad-cardiovascular
- https://www.lavanguardia.com/vida/20200412/48435005925/medicos-danos-covid-19-corazon-coronavirus.html
- https://baptisthealth.net/baptist-health-news/es/cuando-la-covid-19-ataca-al-corazon-incluso-sin-dano-pulmonar/
- https://www.escardio.org/Education/COVID-19-and-Cardiology/what-heart-patients-should-know-about-the-coronavirus-covid-19
- https://www.redaccionmedica.com/secciones/sanidad-hoy/coronavirus-sanidad-admite-3-tipos-de-posibles-secuelas-no-respiratorias-3557
- https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20200417/infarto-corazon-dano-conocido-provocado-coronavirus/479702652_0.html
- https://www1.racgp.org.au/newsgp/clinical/covid-19-can-cause-heart-problems-for-survivors-ca
- https://www.scientificamerican.com/article/heart-damage-in-covid-19-patients-puzzles-doctors/
3 comentarios sobre “El centro de trabajo o establecimiento cardioprotegido es un seguro sanitario en la reapertura post-pandemia”