Patrick Featonby, de 20 años, estaba jugando a futbol para el equipo Kerang en Balranald, cuando tuvo una parada cardiorespiratoria.
«Según el propio Patrick, habló con un cardiólogo al día siguiente que le dijo que había un 3 por ciento de posibilidades de sobrevivir sin el desfibrilador»
Featonby fue llevado al hospital en Balranald, luego a Mildura, donde lo trasladaron a Melbourne.
«La pelota no estaba cerca de él y, básicamente, se desplomó en el suelo», según relatan.
Cuando colocaron los electrodos, el desfibrilador no detectó latido cardíaco, pero debido al buen hacer y entrenamiento del equipo técnico, en el segundo ciclo el desfibrilador hizo una descarga que reanimó al jugador.
Fuente: weeklytimesnow.com