De nuevo un caso, esta vez desde Australia, que nos demuestra la importancia de tener gente formada en RCP y disponer de un desfibrilador cerca.
Un hombre de 45 años, padre de dos hijos, corría con su hijo de 8 años, cuando sufrió un paro cardíaco en el EastLink Trail (Australia) el 23 de diciembre.
Otros corredores, entre ellos dos enfermeras y un médico, realizaron una RCP y se apresuraron a traer un desfibrilador que estaba a 800 metros de distancia.
El organizador Scott Hawkins corría justo por delante del hombre y escuchó como caía. Según Scott dicha persona habría muerto sin el desfibrilador y la ayuda especializada de los otros corredores.
«Tener un desfibrilador a mano y la gente adecuada allí es sin duda la diferencia entre la vida y la muerte».
El hombre, ya recuperado, ha comenzado una campaña de recaudación de fondos para que otros grupos de corredores de parques de Australia obtengan sus propios desfibriladores.
Fuente: Herald Sun